miércoles, 14 de septiembre de 2011

LA TRANSMISIÓN DE LA PROPIEDAD: LA HERENCIA Y EL YUGO

Esto no es un comentario o una reflexión sobre algún tema de actualidad, sino sobre una idea que me ronda por la mente desde hace mucho tiempo. En estos días en que odo se debate y se cuestiona, todo se revisa y se repasa, creo que hay una cuestión clave, totalmente decisiva para enender el tipo de sociedad y sistema económico y político que tenemos: la transmisión de la propiedad. Los hijos y nieos de la gente adinerada suelen seguir siéndolo, y a la inversa: los hijos y nieos de trabajadores también acostumbran a serlo. El sistema educativo ya posee por sí mismo bastantes trampas y obstáculos para una verdadera equiparación entre clases sociales (como el dinero público que se destina a "concertar" escuelas privadas). Pero el quid de la cuestión, en mi opinión reside en la herencia, la transmisión de la propiedad dentro de una misma familia.

Ya sé que de anemano es un asunto impopular. Quien más quien menos aspira a dejar a sus descendientes unos ahorros o el piso que tanto sudor le costó adquirir. Y no se trata de eso, sino de reformar (REFORMAR de verdad, en mayúsculas, no masacrar derechos como se esila últimamente) esa transmisión, esas herencias, en el sentido de un IRPF. Es decir, realizar tramos de valor de la propiedad en los cuales el estado puede ir recaudando un porcentaje cada vez mayor. Además, con un mínimo por debajo del cual nada se toca y la heencia puede pasar en su totalidad de padres a hijos u otros familiares.
Esa sería, además, una opción más justa para redistribuir riquzea y aumentar la igualdad de oportunidades (para entendernos, los hijos de Emilio Botín jamás irán al INEM, pero los míos o los tuyos... ¿quién sabe?)

Imaginemos un mínimo exento de tributo de, por ejemplo, 500.000 euros; da para un par de pisos y algún garaje, ¿no? A partir de aquí, aparecen los porcentajes (siempre a modo de ejemplo para entendernos): entre 500.000 y 1.000.000 de euros, un 5%; entre 1 y 2 millones, un 10%... y así hasta un gravamen máximo de... Bueno, por pedir, pues un 50 o un 75% (¿en serio que la hija de Amancio Prada quedará desamaparada y en la ruina si "sólo" se queda con el 25% de la fortuna de su padre?).
Ni que decir tiene que esto aumentaría los recursos públicos, recursos que podrían invertirse en muchas materias (educación, sanidad, servicios sociales, medio ambiente, pensiones, etc.). ¿Habría una actuación fiscal más saludable que esta?

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