jueves, 17 de noviembre de 2011

GOLDMAN SACHS: LA MANO QUE MECE LA CUNA


Seguramente, jamás en la historia de la Humanidad ha sido tan evidente que vivimos dentro de una Gran Mentira. En tiempos del Imperio Romano o en la era feudal, nadie engañaba a nadie: se imponían las cosas a sangre y cuchillo y ya está. Sin embargo, ahora que caen las máscaras con las que tapábamos la Realidad, queda claro el mundo en que vivimos: una dictadura encubierta en la que entes y personajes poco definidos (los mercados, los inversores, los poderosos; en fin: quienes tienen el dinero y el poder real en sus manos) están saliendo de sus escondites y mostrándose casi a cara descubierta.

Veamos cómo funciona esto. A mediados de la pasada década, el gobierno conservador de Grecia maquilla sus cuentas públicas con la inestimable ayuda de Goldman Sachs, el banco de inversiones más grande del mundo. El resto del trágico periplo griego es de sobras conocido, así que no me explayaré en explicarlo. No, lo que cuenta aquí es lo siguiente (imprescindible para saber quién manda realmente en el mundo).
Unos pocos años después, el actual presidente del Banco Central Europeo (BCE) fue vicepresidente de Goldman Sachs para Europa en la primera mitad de la pasada década y responsable en buena parte de la ocultación de las cuentas reales de Grecia. El sustituto del pobre Yorgos Papandreu, Lukas Papademos, fue gobernador del Banco Central Griego entre 1994 y 2002, y por lo tanto co-rresponsable del fraude de las cuentas públicas helenas "tuneadas" por Goldman Sachs. Más madera: Mario Monti, "flamante" nuevo primer ministro italiano (por cierto, ya van dos gobiernos tumbados por los mercados y sustituidos por tecnócratas sin pasar por las urnas; ¿quién será el siguiente?), ha sido asesor desde el año 2005 de un banco que se llama... a ver, deja que me acuerde... ¡anda, Goldman Sachs!
¿Se acaba aquí el posicionamiento descarado de las piezas de ajedrez de Goldman Sachs en el mundo? Nooooooooooo... Veamos, más peones de esa mano que mece la cuna: Otmar Issing, ex-presidente del Bundesbank y actual consejero de Goldman Sachs; Peter Sutherland, miembro del Consejo de administración de Goldman Sachs que tuvo un destacado papel en el diseño del rescate a su país de origen, Irlanda; Petros Christodoulos, antiguo trader de Goldman Sachs y actual responsable de la deuda griega... ¿¡hace falta seguir?

Mas datos: Goldman Sachs obtuvo en 2010 nada menos que 8.350 millones de dólares de beneficios a la vez que su presidente, Lloyd Blankfein, recibia como premio a su gestión un aumento del 40% de su sueldo (2 millones de dólares anuales más 12 millones en acciones del banco). No está mal en tiempos de crisis.
En fin, llamemos a las cosas por su nombre. estamos viviendo un golpe de estado financiero, un secuestro de la democracia por parte de los amos que mueven a todos estos titeres, los accionistas mayoritarios de Goldman Sachs, JPMorgan y otras entidades financieras y corporaciones multinacionales. Además, de forma descarada y a pecho descubierto.
El domingo, 20N, vótales; sus candidatos son Rajoy, Rubalcaba, Durán i Lleida, Erkoreka,... ya sabes, esos que generan confianza a expuertas. Los griegos y los italianos no han podido votarles, pero nosotros aún estamos a tiempo. ¡Qué suerte! ¡Viva la democracia!

miércoles, 2 de noviembre de 2011

LA DEMOCRACIA HACE TAMBALEAR A LOS MERCADOS



El primer ministro de Grecia, Yorgos Papandreu, anunció ayer la celebración de un referèndum popular sobre el acuerdo de la última cumbre de la Unión Europea sobre el rescate a Grecia, la quita del 50% de su deuda, y un nuevo paquete de draconianas medidas económicas de ajuste público. Hoy mismo se ha creado en el país heleno una comisión para organizar ese referéndum, cuya intención es que se celebre el próximo mes de diciembre.
Hasta ahí, parecería algo como muy normal, recomendable y saludable: la consulta a la población sobre una decisión que va a hipotecar la vida de los griegos durante muchos años, una cesión de soberanía encubierta bajo el eufemismo "plan de rescate" que ahondará profundamente en la crisis económica y social de Grecia.
Pero claro, ha sido mentar la palabra "referèndum", y una ola de histeria colectiva ha recorrido el mundo. Las bolsas se desplomaron (o se desplumaron, pues está llena de pájaros), los líderes europeos, encabezados por Merkel y Sarkozy, pusieron el grito en el cielo, los "expertos" de cinco continentes se echaron las manos a la cabeza, y de la noche a la mañana parece que estemos a las puertas del Apocalipsis. Y todo por practicar un poco de ese concepto que pronuncian en vano diariamente y de la que precisamente los griegos fueron predecesores: democracia.

Poco a poco, el maquillaje del sistema económico y político se va agrietando. El rostro que subyace tras esa máscara es muy poco amable, y sufre cuando ve que sus decisiones y sus órdenes son cuestionadas o suspendidas, o, peor aún, se trasladan a la opinión de la ciudadanía. ¡Ah, qué grandes argumentos escuchamos en contra de ese referéndum! "Riesgo de quiebra definitiva", "Deslealtad institucional", "Decisiones dolorosas"... Las amenazas y chantajes han estado desde el lunes a la orden del día, y toda la caballería de la economía ultraliberal y salvaje que gobierna el mundo ha sido lanzada contra Papandreu y los griegos por "garantizar que la democracia está por encima del apetito de los mercados", según el propio primer ministro griego. El drama y la histeria se tiñen de miedo por el posible contagio a otros países, y la cúpula financiera y sus títeres políticos se afanan en profetizar toda clase de desastres si se realiza el referéndum y la población griega tiene la osadía de decirles que NO.
En un mundo que compra por Internet y hace su declaración de renta mediante un PC, deberían menudear las consultas a la ciudadanía. Lo que propone Grecia es solamente rasgar el velo de la oscuridad, de la opresión y la asfixia, devolver el poder de decisión a las personas y quitárselo, aunque sea por un momento, a la dictadura de los mercados financieros. Como decía, caen las máscaras y los disfraces; el monstruo tras el traje de Armani es cada vez más visible, sus subterfugios más burdos, sus medidas más desesperadas. El engaño se cae, echo añicos. El sistema se tambalea, podrido por tanta carcoma y tanta mentira. Empujemos todos un poco más, a ver si cae o al menos se ve obligado a hacerse un profundo y radical lifting. Y suerte a los griegos; la van a necesitar.