Ayer se supo que Moody's, una de las agencias de riesgo que califican las deudas públicas y los productos financieros de todo el mundo, rebajó la calificación de la deuda portuguesa, dejándola al nivel de los bonos basura. Y eso, en un momento en que Portugal, con un nuevo gobierno recién estrenado, está haciendo lo imposible por cumplir con la ortodoxia neoliberal del programa de austeridad que le han impuesto la Unión Europea (UE) y el Fondo monetario Internacional (FMI), con medidas tan "modernas" y "progresistas" como establecer un impuesto del 50% sobre la paga extra de Navidad a todos los trabajadores.
Las agencias de calificación de riesgo son una de las bromas más macabras del sistema financiero internacional. Las tres principales (Moody's, Standard & Poor's y Fitch) constituyen en la práctica un oligopolio que controla el 90% del mercado de calificaciones de países y empresas, y las tres tienen sede en los Estados Unidos (¿le suna a alguien la guerra de cambios entre el euro y el dólar?). Y, sin embargo, son las propias instituciones políticas como la UE, o económicas como el Banco Central Europeo y la Reserva Federal norteamericana, quienes les dan alas, pues exigen que estados y empresas sean calificadas por estas agencias para opera con ellos. Su función teórica es detectar riesgos y mejorar la información sobre las deudas públicas y los productos financieros, pero en la práctica se dedican a favorecer prácticas especulativas y provocar inestabilidad en los mercados (disgresión: no existen los mercados; existen los mercaderes, y no de Venecia precisamente).
Ayer, tras la rebaja de cuatro puntos en la calificación de la deuda portuguesa por parte de Moody's, la UE se rasgó las vestiduras (más que nada, porque la rebaja provocó la caída de bolsas y del euro). José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea (y portugués) cuestionó las decisiones de dichas agencias; el ministro de Economía alemán, Wolfgang Schäuble, propuso "romper el oligopolio de las agencias de calificación". Otros responsables comunitarios o de sus países miembros arremetieron contra Moody's en un nuevo alarde de vocerío inane que, como las viejas declaraciones de Nicolas Sarkozy sobre "refundar el capitalismo", quedarán en agua de borrajas.
Las agencias, y su comportamiento csi criminal, han sido cómplices necesarios de la crisis financiera en que se ve sumido el planeta. Apoyaron en su día a Lehman Brothers, Madoff, Enron, BP o las hipotecas subprime, entre otras muchas decisiones deleznables. Campan a sus anchas, hacen y deshacen en el entramado financiero internacional, y provocan tumultos y terremotos en países que ya de por sí están en dificultades. Puro terrorismo financiero.
¿Por qué gobiernos e instituciones se limitan a parlotear inútilmente sobre las agencias? ¿Por qué la UE no impulsa la creación de una agencia europea independiente? ¿Por qué no se suma TODO el mundo a las demandas que dichas agencias tienen interpuestas en Estados Unidos? ¿Por que, por qué, por qué...?
El mercurio es un metal pesado conocido desde la antigüedad, y fue considerado por los alquimistas como la esencia de todos los metales. Los griegos lo asociaban al alado mensajero de los dioses. El mercurio es un líquido muy especial, ya que no moja la superficie en la que se encuentra, y mantiene la geometría esférica como si no existiera campo gravitatorio, y por lo tanto puede rodar y correr por dicha superficie.
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